30 de octubre de 2010

Los Secretos - Pero a tu lado


27 de octubre de 2010

José Hierro


26 de octubre de 2010

Menos que el circo ajado de tus sueños

Menos que el circo ajado de tus sueños
y que el signo ya roto entre tus manos.
Menos que el lomo absorto de tus libros
y que le libro escondido
de páginas en blanco.
Menos que los amores que tuviste
y que el tizne que alarga los amores.
Menos que el dios que alguna vez fue ausencia
y hoy ni siquiera es ausencia.
Menos que el cielo que no tiene estrellas,
menos que el canto que perdió su  música,
menos que el hombre que vendió su  hambre,
menos que el ojo seco de los muertos,
menos que el humo que olvidó su aire.
Y ya en la zona del más puro menos
colocar todavia un signo menos
y empezar hacia atrás a unir de nuevo
la primera palabra,
a unir su forma de contacto oscuro,
su forma anterior a sus letras,
la vértebra inicial del verbo oblicuo
donde se funda el tiempo transparente
del firme aprendizaje de la nada,
y tener cuidado
de no errar otra vez el camino
y aprender nuevamente
la farsa de ser algo.
Roberto Juarroz

20 de octubre de 2010

En el fondo de luz

Caras desgarradas por años
de palabras simuladas,
calentadas
por la ingeniosa luz
de la hipocresía.
Almas
ya no acostumbradas
al calor de una voz.
En el árbol
en el fondo del pinar,
entre las sombras de seres traspasados
surge el caduco rayo de la vida.
Andrea Mucciolo

19 de octubre de 2010

Fragmentos

Al principio no sabía con qué excusa pasar el mayor tiempo posible a su lado.
Más tarde no sabía cual era la mejor manera de quedarme a pesar de haber salido por la puerta. Por más prácticas que hice no conseguí el don de la ubicuidad.
Así que un  día decidí comenzar la ardua tarea de dejarme olvidada en imperceptibles fragmentos en los pocos metros que tiene su casa.
Como un repelente scout con corbatilla bicolor, la primera vez dejé una señal para no perder el rumbo en el mapa de navegación de vuelta. Un papel con unos dibujos mal trazados de esos que siempre hago. Hacía calor. Abrió la ventana. El papel voló. Volé yo. Un día de otoño al irme dejé caer un pañuelo que llevaba alrededor del cuello. Como si hubiéramos retrocedido en el tiempo hasta esos siglos, donde no sólo no era una vulgar cursilería, sino un signo inefable de que algo quedaba por decir entre una mujer y un hombre. Un signo descarado e imperdonable. Una vez que lo vi ahí desparramado sobre el suelo de madera calentito por esa exagerada calefacción central se me antojó ridículo.
- Se te ha caído- me lo dió y cerró la puerta sonriendo c omo casi siempre.
Bajé las escaleras enredándolo entre el pelo y apretándolo al cuello, para que no dejara que la garganta tragara como traga cuando quiere hacer pucheros.
Otra tarde me marchéc omo tantas otras sin decir nada.
Trabajaba en s estudio y era un pacto entre caballeros no molestar ni para el hola, ni para el adiós. Me aseguré de quedarme mejor escondida. Entre cojines del sofá dejé un pendiente. Sabia que nunca lo encontraría. Que no limpiaría tan a conciencia para encontrarme ahí, entre las entrañas de ese sofá de espuma recogido en el rastro un domingo por la mañana.
A los días me llamó para decirme que una maiga lo había encontrado.
En verano el frgorífico se llenó de cerveza y aire. Ahí me metí. No sé cómo, pero al fondo me quedé en forma de hielo en la cubitera de plástico quebrada por una esquina. Pero el verano pasa, como pasan ls horas y como se derriten los hielos entre las bocas cansadas.
Dejé monedas, horquillas, miles de elementos diminutos que formaban mi esencia y que de unamanera u otra desaparecían, como desaparecían las horas para seguir soportando fragmentarme, de sa forma constante, hiriente y desoladora, por la cruenta de la misma.
En invierno fue uno de mis sombreros, que ahroa descansa inerte sobre el perchero de la entrada. Siempre le sentó mejor que a mi cabeza.
Me voy de viaje les dije a todos. Sin mayores explicaciones, sin demasiadas penas y ninguna gloria. Mal vendí muebles, enseres y dejé mi piso de alquiler. Cogí toda la ropa  y la metí en las maletas y la facturé con rumbo a ninguna parte. LLamé a su puerta. Esta vez no podría olvidar nada, ni un jersey, ni un pendiente, ni una risa, ni un puto papel. Ya no tenía nada. Tampoco podría esconderlo, esconderme. Desnuda ante la puerta sin tan siquiera una triste maleta como Teresa ante Tomás y su insoportable levedad del ser, permanecí inmóvil. Él cogió el sombrero del perchero y me lo puso sobre el pelo empapado de agua, calor y frío.
- No sé por qué no te quedaste escondida, olvidada en  mi casa mucho antes.


Relato de "Velas al Viento" E. Libros del Vigia
Selección y Prólogo de Fernando Valls

15 de octubre de 2010

Canción de Otoño

La queja sin fin
del flébil violín
otoñal
hiere el corazón
de un láguido son
letal.
Siempre soñando
y febril cuando
suena la hora,
mi alma refleja
la vida vieja
y llora.
Y arrastra un cruento
perverso viento
a mi alma incierta
aquí y allá
igual que la
hoja muerta.
Paul Verlaine

       (Poèmes saturniens 1866)

13 de octubre de 2010

Poesía Vertical IX

Pienso que en este  momento
tal vez nadie en el universo piensa en mí,
que sólo yo me pienso,
y si ahora muriese,
nadie, ni yo, me pensaría.
Y aquí empieza el abismo,
como cuando me duermo,
Soy mi propio sostén y me lo quito,
Contribuyo a tapizar de ausencia todo,
Tal vez sea por esto
que pensar en un hombre
se parece a salvarlo.
Roberto Juarroz

12 de octubre de 2010

Por más vida

Dices la belleza y todo se ilumina.
Deja que el tiempo fluya lentamente
entre el paisaje y tú
y que el silencio ponga acentos
de leve melancolía en cada cosa.
La blanda quietud que te rodea poco a poco
acoge aquel misterio
que te une a todo y a todo te incita.
No pienses jamás que es tarde, ni hagas preguntas.
Ahógate de horizontes.
Agotado,
en cada gesto te sentirás renacer.
Miquel Marti i Pol
Versión de Adolfo García Ortega

11 de octubre de 2010

Invoco els dies clars, ara que sé
que me’n desposseeix el temps.
No em vull
subjecte a cap designi que no pugui
sotmetre al ritme encès de les paraules.

A poc a poc, desfaig els rulls del vent.
La font degota lenta i m’acompassa
la mirada i la veu.

Tot se’n revela nou, però l’espera
m’adorm les mans. Només els ulls completen
el cicle tants de cops iniciat
i abandonat.
Propòsits?
Quins propòsits?
Miquel  Marti i Pol

10 de octubre de 2010

El Club de los Poetas Muertos: Entender la poesía

La Alegria



 
 
10 de Octubre de 2010, noche oscura, a mi lado la luz de una vela, reflejando pequeños puntos en el cristal
de la ventana, y un libro de poemas de José Hierro....Demasiadas incertidumbres, demasiados miedos. Así nace "Puntos de Fuga" rincón de Poesía, refugio de soledades...

¡Hasta pronto!


Fracking

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